Sanación Interna y externa

Desde niña convivió conmigo una compañera de camino llamada psoriasis, hace 47 años que fue y ha sido, aún sin yo entenderlo, mi bendición divina, la forma que el Universo tenía para decirme que me diera cuenta y trabajara en mi interior, en lo que mi piel reflejaba, en buenas cuentas en lo que yo reflejaba. Quien era, como era, cuales eran mis carencias, mis debilidades y también mis fortalezas, cuál era mi luz y mi sombra. Cuando avance en el camino de mi conocimiento y práctica espiritual, me fui dando cuenta de lo importante y trascendente que era para mi y mi proceso de sanación entender este mensaje. “Yo era lo que mi piel me decía” entre otras cosas. Piel es el órgano que cubre todo nuestro cuerpo, él que nos defiende del mundo externo , de las agresiones del ambiente, y también nos contiene y nos protege, nuestra piel nos conecta desde nuestro exterior con lo interno , con lo intimo. Actuando también como barrera protectora, contribuyendo a mantener integras y en equilibrio, todas las estructuras de nuestro cuerpo. La psoriasis entre otras cosas, es una enfermedad del sistema inmune, que hace que la piel se regenere en 2 días en vez de los 28 en que lo hace habitualmente. Mi piel me defendía desde mi niñez porque yo no podía defenderme, ella lo hacía por mi. Que impactante revelación. Tuve que decidir que hacía con esa tremenda información y como sin muchas herramientas intentar resolver el problema y sanarme, pues mi cuestionamiento interno hacía imposible seguir el camino espiritual estando así de enferma. Tanto pedí a ciegas al Universo, a Dios ayuda que conecté con Conexión con el Alma y comencé a trabajar. Nada tenía que perder solo ganar y sanar, constancia y determinación. Hoy han pasado 2 años y medio desde que comencé, mi piel está más limpia que nunca, y yo estoy sanando internamente, mi equilibrio es cada vez mas en mi, la infinita Misericordia se ha hecho verbo en mi. Gracias Padre