Don de Fortaleza

El don de Fortaleza nos ayuda en la noche oscura del Alma mientras atraviesa el velo del karma. Hay momentos en que el karma nos impulsa a repetir los errores y si no fuera por la intervención del Espíritu Santo con su don de Fortaleza, no podríamos resistir. Es una fuerza especial para realizar lo que Dios quiere de nosotros y para resistir con paciencia y valor las contrariedades de la vida. Seréis revestidos de la fuerza de lo alto (prometió Jesús). La gente se admira del valor de los mártires, de la paciencia de tantas personas santas, de la constancia de tantos héroes cristianos, porque se imaginan que esas fuerzas las sacan de ellos mismos, cuando en realidad toda su fortaleza la reciben del Espíritu Santo. Para quienes tienen la prueba de encarnaciones con gran peso kármico (los enfermos, los pobres, los que sufren tentaciones fuertes y quienes tienen que desempeñar oficios difíciles), es utilísimo este don para que no desfallezcan en la prueba.